jueves, 12 de julio de 2007

Queda poco

El día de nuestro viaje se acerca y cada vez más rápido, eso me llena de alegría. Nuestra esperada ida a Chile. Pero hoy más que nunca, comienza a invadirme la duda, será mi carácter, mi forma de ser y hacer las cosas: primero me lanzo, luego pienso.



Es verdad que aquí hemos encontrado cosas y sobre todo personas buenas, no podría ser de otra manera y hemos aprendido a vivir sin muchas cosas, pero este proyecto va avanzando muy lentamente y ya necesitamos recoger los frutos.



Benjamín, el pequeño, lleva semanas diciendo que quiere que vivamos en una casa con jardín para poner nuestras plantas, regarlas y sentir el olor a tierra por las mañanas, a cambio, le ofrecemos un piso que intentamos hacer bello aunque no sea nuestro, llenarlo de luz y colores, con aire familiar, con textura amable, donde caben nuestros sueños, nuestras lágrimas, los anhelos, donde vamos armando los fragmentos de vida que nos van quedando.



Así, nos espera la casa de los abuelos, el nogal del patio y los tulipanes que estarán a punto de asomar y de pronto, comienzo amar tanto esas cosas y me da miedo no querer volver. Pienso en los niños y si este será el lugar apropiado donde debemos estar. ¿Vendrá la oportunidad de estudiar?, ¿podremos pasar un mes sin sobresaltos si es que alguien puede?.



Ya estamos desempolvando las maletas, haciendo la lista de lo que debemos llevar, los recuerdos para la familia. Ya estamos buscando la niñera para el hamster y encargando las plantas del salón. Contamos día a día en el calendario que confeccionamos y a los niños les podemos ver sus caras de ansias, temerosos como yo, deseosos, ilusionados.



¿Cómo transmitir aquello que estoy sintiendo?. Deseos, amor, miedo, ganas... y me dejo llevar por este vaivén como en un largo beso tuyo, como la emoción del primer día de clases después de las vacaciones, como las ganas de abrazarte cada noche, como descalzar mis pies al llegar a casa, como esta vida que llevamos en medio de reglas y circulares internas del trabajo, como la cuentas que nunca cuadran y como la certera duda de que todo irá bien.



Nos faltan 18 días!!!

2 comentarios:

Siempre dijo...

Es inevitable, que ante cada desafio los miedos hagan parte también. Pero ya sabe mi querida, el que no se arriesga no cruza... ni el río ni el charco no ná.
Así que venga y dispuesta a vivir lo que se tenga que vivir.
Te espero.

teceo dijo...

Mieditos chiquitos que nos impulsan... que bueno que al final todo ya es un cuento