Todos mis Ángeles

Hoy, quiero creer que los seres humanos cuando mueren, tienen la oportunidad de realizar pequeños milagros o favores a sus seres queridos que dejan...

Cuando yo era pequeña o quizás no nacía aún, mi abuela paterna murió por una enfermedad, entonces mis padres, con tres hijos a favor, y unos meses de desempleo, tenían una gran lista de cuentas impagas y a punto de cortarles el suministro de luz. Mi abuela, yaye, como le gustaba que le llamaran, pasaba mucho con ellos y siempre intentaba ayudarles económicamente. Cuenta la leyenda familiar, que cuando murió, sus hijas poniendo en orden sus cosas revisaron toda sus pertenencias incluida su ropa, al no encontrar nada, se la dieron a mi madre por si podía utilizarlas para hacerles ropa a los niños. Ella, mi madre, cogió un abrigo y en el bolsillo encontró un rollo de dinero... ese claro que no les solucionó los problemas propios, pero les ayudó muchísimo, ese mismo que ni sus hijas ni nadie encontró, quizás mi yaye lo tenía reservado para sus nietos y quiso que solo mi madre lo encontrara seguramente en agradecimiento a cuanto por ella hicieron. Nunca sabremos qué pasó en verdad, pero me gusta creer en lo que cuentan.

El día que cumplí cuatro años en España, falleció mi padre no pudiendo ir nunca a verle, a despedirme, aunque podía verle y hablar con él a través de la cámara web. Nunca pudimos ir aún teniendo en alguna oportunidad el dinero, no encontrábamos pasajes, ni permisos ni vacaciones en los trabajos. Esa semana, mi marido pasó por una agencia de viajes no sabe por qué y, encontró plazas para todos a un buen precio considerando la temporada. Cuando me lo contó, me reí porque nuestra cuenta del banco lleva varios meses marcando "menos". Sin embargo, ocurrió, apareció el dinero para la reserva, la financiación para el resto, las buenas voluntades de los amigos y conocidos, las vacaciones por un mes. También aparecieron los anhelados contratos de trabajo indefinidos, una becas de los niños, en fin, que nos vamos, que faltan 106 días para partir a reencontrarnos con los nuestros, a respirar mis olores, mi marraqueta, mi cordillera nevada, los bocinazos de la calle, mis mendigos del super mercado, mi jardín con aroma azahar...

También ahora quiero creer que este es parte del "milagro" que mi padre nos hace y lloro porque no le pude ver, pero también lloro de alegría porque veré y abrazaré a otros que nos esperan, a la familia, conoceré a los sobrinos nacidos, estarán los amigos, estará Siempre, estarán las del colegio y los suyos, estarán ahí...

Los pequeños milagros existen, uno de ellos brilla ahora para mí desde arriba, otro, cumplirá mañana 11 años y, dentro de unos meses, podré ver, palpar, abrazar al milagro más grande de todos, el amor...

Gracias a todos los que han ayudado a ser este sueño realidad, a convertir abril en el mes de las bendiciones, gracias a mi ángel que me acompaña, gracias a todos mis ángeles de la Tierra.